Parece ser que
está palabra se ha convertido en parte de nuestro lenguaje cotidiano, esto es
beneficioso para abordar el tema. El problema surge cuando se habla de él sin saber
exactamente qué significa, recuerden: la mala información es peor que la
desinformación.
En los últimos
meses, seguro que hemos ido escuchando y leyendo todo tipo de información sobre
el “Bullying”.
Citando una de ellas: Alumno del colegio
“a” sufrió bullying por parte de alumnos del colegio “b”. Al analizar la
noticia se observa que en definitiva, los alumnos “b” habían agredido al alumno
“a”, los alumnos “a” y “b” no se conocían entre sí, finalmente era la primera
vez que sucedía dicha situación entre los implicados. Pues bien, ¿A eso
llamamos bullying?, la respuesta es NO.
La psicóloga
Edith T. Goddet (2007) define el bullying
como una “situación social en la que uno o varios escolares cometen actos
violentos y agresivos hacia un compañero o varios, sometiéndolo por un tiempo
prologado, incluyendo agresiones físicas, burlas, hostigamiento, amenazas y
aislamiento o exclusión social”. Notemos que implica tres aspectos
fundamentales: desbalance de poder,
que se ejerce en forma intimidatoria al más débil, por lo tanto, escogido y no
al azar, con la intención premeditada de
causar daño, y que es repetido en el
tiempo (Trautmann, 2008)
Ahora, ¿El uso
de la palabra se ha convertido en una moda? A mi parecer SI. El término viene
siendo usado por muchos y de manera indiscriminada. Nótese, que es muy
diferente a decir que “el bullying se ha puesto de moda”, como aseguran otras
personas. Aparentemente recién surge este tipo de situaciones en los colegios,
y todos buscan dar solución al problema (que no está mal, sino que implica
tratarlo con la seriedad que corresponde). El fenómeno ocurre en muchas partes
del mundo, de diferentes formas, en todos colegios. Los que hemos salido del
colegio hace algún tiempo hemos visto y/o pasado por esta situación, así que no
es un tema nuevo.
Por último
coincido con la psicóloga Susana Frisancho, en que este no es un tema que se
soluciona poniendo un psicólogo por cada colegio (psicologizando el problema),
o criminalizando el bullying (sancionado al director de la institución
educativa que lo permita); sino implica
también una formación en valores dentro del hogar; somos el reflejo de nuestros
hogares. Así que el esfuerzo en conjunto por erradicar el “Bullying”, tanto en
nuestra región y el país, es valorado y saludado. La tarea nos compromete a
todos.
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