“Produce una
inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras que el género humano
no escucha”
Víctor Hugo
Desde pequeña me preguntaba, por qué mi casa no tenía
jardín, a diferencia de otras como en el barrio Machu Picchu (Yanacancha); o ¿por
qué no trasladaba la casa de mi abuelito en Chayacán hasta Cerro de Pasco?
Todos mis juegos son imaginaciones de un bosque en el patio de mi casa, acto
que cobró más realidad cuando encontré quinuales al llegar al colegio
carmelita. Los cerreños transcurrimos nuestros días alrededor del tajo abierto,
yo por mucho tiempo me encontré fascinada con la idea que dentro del mismo
existía un gran ecosistema; me habían dicho que cuanto más bajábamos más
vegetación encontrábamos.
Estas memorias acompañan mis recuerdos de la niñez. Pero
mis padres y docentes, me indujeron que también aprecie lo que tenía a mi
disposición. En los acostumbrados paseos al campo, jugué con los ciempiés,
chanchitos (mariquitas), escarabajos, ichu y demás, acompañados de paisajes con
lagunas y bofedales. Asimismo, si antes no lo tenía en cuenta, al salir de la
región y ahora extraño la lluvia, la nieve y el frío.
Todos estos recuerdos llegan a mi mente por una fecha especial,
el día mundial de la diversidad
biológica que se celebra este 22 de mayo. El Perú es uno de los países con
mayor diversidad de especies, recursos genéticos y de ecosistemas, las tres
variables que involucran el término de diversidad según Gaston y Spicer (2007)
Nuestro departamento es una muestra pequeña de esa
riqueza, que se manifiesta en las 3 provincias. Tenemos lugares que ocupan un
espacio en nuestros corazones y que hacen que uno se maraville cada vez más de
lo que nos rodea, estas a la vez se relacionan a nuestras experiencias, los
cuales dan como resultado imágenes mentales de lo vivido, con una carga
emocional.
Y qué pasa si nosotros no nos sentimos a gusto con el
espacio que nos rodea. ¿Nuestras conductas, tendrán alguna interrelación con el
ambiente? Esa es la pregunta que se han hecho muchos psicólogos y profesionales
preocupados por el tema. Ello constituye una de las preguntas fundamentales de
la psicología
ambiental, la cual se define como “área de la psicología cuyo foco de
investigación es la interrelación del ambiente físico con la conducta y la
experiencia humanas.” (Holahan, 2004). Se estudia ello, en los escenarios en
donde tiene lugar: edificios, calles, ascensores, parques, espacios naturales o
cualquier otro lugar que las personas ocupen.
Esta área de la psicología ha ido
alzando vuelo en otros países, al punto que se ha generado otras áreas de
investigación. En nosotros hace falta su difusión, es importante ir generando
conciencia sobre este, evaluar el ambiente en el cual vivimos, si nos sentimos
a gusto en el mismo y reflexionar si este disgusto es por el poco conocimiento
que tenemos sobre el lugar en el que nos desenvolvemos, además analizar que
tanto nos hemos preocupado por el bienestar de los otros seres vivos que
comparten nuestro ecosistema. Es tarea de todos comprometerse con el medio
ambiente.
Cada una de
nuestras relaciones con el hombre y con la naturaleza debe ser una expresión
definida de nuestra vida real, individual, correspondiente al objeto de nuestra
voluntad.
Erich Fromm
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