Resiliencia. Hace unos días use este término
con un paciente, a lo que él contesto “¿Qué es eso? ¿Por qué utilizamos
términos extranjeros?” Se me hizo difícil entender que esta palabra puede ser
desconocida por muchos. A raíz de ello se me hizo importante comprender esta
situación, porque además esta palabra es utilizada en diferentes áreas, de
acuerdo a su propio contexto. En mi caso, creo necesario ir desarrollando una
cultura psicológica; ese es el objetivo de esta columna. Y por ello me vi en la
necesidad de escribirles sobre este tema desde esta perspectiva, además
recordemos que es necesario usar el término apropiadamente.
Según el Diccionario de la Real Academia de
la Lengua Española (2005), el término resiliencia
proviene del inglés resilience
y es utilizada en el campo de la física para referirse a aquellos materiales
que tiene la virtud de recuperar su forma original después de haber sido
sometidos a grandes presiones deformadoras (resistencia a los impactos).
Etimológicamente, procede del latín saliere, que se traduce como “saltar
hacia atrás, rebotar, ser repelido o surgir”, antecedido por el prefijo “re”,
que indica repetición o reanudación.
En la actualidad no existe un consenso sobre
su definición, pero una que nos permite entender mejor el término es la dada
por los psicólogos adscritos a la APA (Asociación Psicológica Americana),
quienes definen la resiliencia como el proceso de adaptarse bien a la adversidad,
a un trauma, una tragedia, una amenaza, o hasta fuentes de tensión
significativa —como problemas familiares o de relaciones, problemas serios de
salud o factores estresantes del trabajo o financieros. Significa “rebotar”
como una bola o un resorte después de una experiencia difícil.
El consenso está en que la mayoría de autores
considera a la resiliencia como una característica personal, propia de todo ser
humano sin distinción de edad, raza, credo, nacionalidad o de ninguna otra
clase. Por tal motivo la psicóloga Edith Grotberg (2003) la describe como
capacidad humana universal.
Por último deseo destacar que todas personas
poseemos esta capacidad, ya que el término engloba la introspección,
independencia, capacidad de relacionarse, iniciativa, humor, creatividad y
moralidad (Wolin, 1999). El detalle esta que podamos desarrollar aún más estas
características, y todo comienza por casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario